Boxeo contra la marginación
9 ago 2012
Estreno. La cebolla o el sellamiento del Chero
La acción se desarrolla en una villa popular donde todos luchan por seguir adelante.
La pieza cuenta con la dirección de Raúl Reyes y sugió de los tallers de actuación que dicta anualmente.
El viernes 10 de agosto, a las 21, en sala Luis Franco del Círculo de la Prensa, Mendoza 240, se llevará el estreno de la obra teatral La cebolla o el sellamiento del Chero, con dirección general de Raúl Reyes y dramaturgia de Ezequiel Nacusse, Norah Kiev y Pablo Salas.
El box, la religión, el deseo, la sexualidad, la violencia, y la ausencia son algunos de los temas que atraviesan la obra. Según explicó el director, el abordaje de dichos núcleos temáticos no pretende ilustrar, sino tomarlos como excusa para preguntarnos sobre lo que somos. La Cebolla… fue creada a partir de sucesivos ensayos de improvisación con una posterior selección de escenas y textualidad, en un taller dictado por Reyes. Tanto el espacio como la ambientación surgieron del juego de los actores quienes junto a al director trabajaron más de un año para plasmarlo en una puesta escénica. Aunque el humor atraviesa toda la pieza, no tiene como fin disimular o ocultar una dramaticidad con contenidos trágicos que siempre está presente.
La trama nos sitúa en una casa precaria, a orillas de la ciudad, rodeada de parlantes cumbancheros, en un caluroso mediodía tucumano. Allí viven El Chero, un boxeador frustrado, y su hermano, un joven ratero de poca monta. El cuadro se completa con una mujer deseada y amada -con la cual conforman un triángulo que nunca se define- y vecinos que intervienen o merodean invisibles, condicionando la cotidianeidad de los hermanos. La fábula está construida también con sueños menores y delirantes, con cuerpos erotizados y maltrechos, “donde las traiciones y el engaño atrapan las ilusiones”.Según Reyes, la obra transcurre en la hora previa al almuerzo, en un día a día que naturaliza la derrota, como en un ring. La acción se prolonga durante el tiempo que tarda en hacerse un guiso de fideos humeante y condimentado de fideos. Ningún personaje parece poder salvarse en medio del paisaje trágico planteado, aunque lo místico y religioso y hasta la humorada merodeen las conductas a través de un habla local, que murmulla o grita su desesperación, en un intento de escape. Si bien la tragedia es inminente, al final los personajes se entregan al consuelo de que no queda otra que “seguir y tirar para adelante”, buscando una nueva salida, que aunque ilusonada, no deja de ser engañosa y a la vez consciente. “La Cebolla..no pretende iluminar conciencias ni plantear respuestas, sí interrogarnos tal vez, dejando que sus personajes habiten por su cuenta nuestra imaginación”, concluyó Reyes. La obra se repondrá todos los viernes de agosto y setiembre en la misma sala.
El box, la religión, el deseo, la sexualidad, la violencia, y la ausencia son algunos de los temas que atraviesan la obra. Según explicó el director, el abordaje de dichos núcleos temáticos no pretende ilustrar, sino tomarlos como excusa para preguntarnos sobre lo que somos. La Cebolla… fue creada a partir de sucesivos ensayos de improvisación con una posterior selección de escenas y textualidad, en un taller dictado por Reyes. Tanto el espacio como la ambientación surgieron del juego de los actores quienes junto a al director trabajaron más de un año para plasmarlo en una puesta escénica. Aunque el humor atraviesa toda la pieza, no tiene como fin disimular o ocultar una dramaticidad con contenidos trágicos que siempre está presente.
La trama nos sitúa en una casa precaria, a orillas de la ciudad, rodeada de parlantes cumbancheros, en un caluroso mediodía tucumano. Allí viven El Chero, un boxeador frustrado, y su hermano, un joven ratero de poca monta. El cuadro se completa con una mujer deseada y amada -con la cual conforman un triángulo que nunca se define- y vecinos que intervienen o merodean invisibles, condicionando la cotidianeidad de los hermanos. La fábula está construida también con sueños menores y delirantes, con cuerpos erotizados y maltrechos, “donde las traiciones y el engaño atrapan las ilusiones”.Según Reyes, la obra transcurre en la hora previa al almuerzo, en un día a día que naturaliza la derrota, como en un ring. La acción se prolonga durante el tiempo que tarda en hacerse un guiso de fideos humeante y condimentado de fideos. Ningún personaje parece poder salvarse en medio del paisaje trágico planteado, aunque lo místico y religioso y hasta la humorada merodeen las conductas a través de un habla local, que murmulla o grita su desesperación, en un intento de escape. Si bien la tragedia es inminente, al final los personajes se entregan al consuelo de que no queda otra que “seguir y tirar para adelante”, buscando una nueva salida, que aunque ilusonada, no deja de ser engañosa y a la vez consciente. “La Cebolla..no pretende iluminar conciencias ni plantear respuestas, sí interrogarnos tal vez, dejando que sus personajes habiten por su cuenta nuestra imaginación”, concluyó Reyes. La obra se repondrá todos los viernes de agosto y setiembre en la misma sala.
Staff de teatristas jóvenes
La actuación está a cargo de Martín Lombardelli, Samuel Cortez, Luciana Dimarso, Pablo Salas y Nelda Erazú. Actúan Martín Lombardelli, Samuel Cortez, Luciana Dimarso, Pablo Salas y Nelda Erazú. La iluminación corre por cuenta de Juan Palavecino. Fotos y diseño gráfico pertenecen a Esteban Dominguez. La asistencia de dirección es de Ezequiel Nacusse.
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